La necesidad de contratar una wedding planner
La necesidad de contar con una wedding planner ya es una realidad. La mayoría que hemos asistido a bodas recientemente habremos podido comprobar la gran evolución que han sufrido en los últimos años. Atrás han quedado las bodas que después del enlace se iba a un restaurante/hotel, se comía o cenaba, copa, puro y se acabó. Estoy exagerando un poquito, pero seguro que al decirlo así, todos sabéis a lo que me refiero.
La sociedad evoluciona constantemente y por consecuencia todo lo que la rodea también, y las bodas no iban a ser menos. Cada vez demandamos más productos y servicios personalizados. Huimos de lo convencional y buscamos lo que nos hace felices, lo que nos gusta y lo que va con nosotros y nuestra personalidad. Se acabó el café para todos para dejar paso muchas más opciones. Infinitas, de hecho.
El evento social más importante que organizarás.
Una boda, si os habéis parado a pensarlo, es probablemente el evento social más importante de vuestras vidas, al que asistiréis como protagonistas y como anfitriones. Hay personas que se forman para dedicarse profesionalmente a organizar eventos porque os puedo asegurar que no es tan sencillo como parece. Pensad entonces en qué situación se encuentran unos recién prometidos que de repente se ven al frente del evento más grande e importante de sus vidas y para un público muy selecto: sus familiares y amigos. ¿Estarán preparados para que todo esté apunto y salga perfecto?
Las bodas de hoy conllevan una complejidad mucho mayor de las que estábamos acostumbrados hace unas décadas. Cada vez se le da más importancia a lo personalizado y eso conlleva mucho trabajo del que los novios no son realmente conscientes. Son muchos más los elementos que entran en juego: iglesia o finca o lugares más diferentes, vestidos, complementos, fotógrafos, peluquería, alianzas, regalos…. ¡Sin olvidar la decoración y los detalles y la gran importancia que han adquirido en los últimos años! Rincones originales, adornos llamativos y novedosos...Todo está mucho más pensado.
Bodas de día, de tarde, de noche; bodas de verano, invierno, ¡incluso en Noche Vieja! Bodas en el bosque, en un acantilado, en otra ciudad… Lo que hace unos años nos parecía impensable, ahora comienza a estar a la orden del día.
Es por todo esto, que la figura del wedding planner se convierte en necesaria y cada vez es más demandada. Las bodas ya no son lo que eran ¡son mucho mejores! Eso sí…. Con ayuda.
La falta de tiempo puede ser un problema a la hora de organizar todo.
No solo el formato de las bodas ha cambiado, el perfil de los novios también. Actualmente la media de edad ronda los 30-35 años, por lo que estamos ante un perfil con una estabilidad laboral en su mayoría y por lo tanto son ellos mismos los que suelen hacer frente a gran parte del coste de la boda, llegándola incluso a pagar por completo en alguna ocasión.
Además, se añade el hecho de que cada vez son más los que los novios que ya tienen algún hijo, por lo que estamos ante parejas que realmente cuentan con poco tiempo libre. ¿Y sabéis lo que se necesita para organizar una boda? ¡Bingo! Tiempo, bastante tiempo.
Comenzar desde cero a buscar proveedores conlleva muchas horas preguntando a Google, enviándoles correos, llamándolos, citándolos, comparándolos... Aunque la boda sea sencilla, son muchos los proveedores y los detalles que no se pueden olvidar.
Buscamos ideas que vayan acordes a nuestros gustos, formas de ser y que expresen de algún modo nuestra historia de amor y esto también conlleva mucho tiempo, no solo de búsqueda e investigación, si no de organización y ejecución.
¿Pero sabéis qué es lo que una wedding planner ofrece a sus clientes? ¡Bingo de nuevo! Tiempo. Su tiempo para llevar a cabo todas estas tareas y sus ideas fruto de su experiencia y conocimientos del sector.
¿Contar con una wedding planner encarecerá la boda? No me lo puedo permitir
Estaréis de acuerdo con que son muchas las películas que nos han bombardeado asociando la figura del wedding planner con una persona elitista y sólo al alcance de familias adineradas, pero nada más lejos de la realidad.
Las wedding planner luchamos por cambiar el concepto de servicio caro y al alcance de pocos y aquí está su explicación con un ejemplo muy sencillo: si los novios tienen pensado gastar en su boda 20.000 €, esto es lo que se van a gastar sin o con wedding planner.
Una vez que los novios saben el presupuesto con el que cuentan, este se reparte entre las diferentes partidas de la boda: coste de la ceremonia, coste de las flores, del catering, músicos…La diferencia es que dentro de este listado, habrá una partida más que sea “wedding planner”. La suma de todo seguirá siendo lo mismo que tenían pensado: 20.000 €.
Esto no significa reducir detalles o reducir calidad a las cosas para poder pagar a la wedding planner, todo lo contrario. Como comentaba, una wedding planner os va a conseguir todo igualmente, pero con unos precios un poco más competitivos a los que probablemente, los novios no puedan acceder por su cuenta.
De hecho, puedo afirmar sin duda que, cumplir los plazos y priorizar los recursos sin sobrepasar el presupuesto puede llegar a ser una tarea complicada por lo que el hecho de que una persona lo haga por vosotros es verdaderamente recomendable.
Lo primero de todo, una wedding planner conoce una gran cantidad de proveedores que probablemente los novios no llegarán a conocer, ya sea por falta de tiempo o por desconocimiento. Una wedding planner os ofrecerá aquellos proveedores, elementos e ideas que vayan acordes a vuestras necesidades, ya no solo en cuanto a gustos, si no en cuanto a presupuesto. Ella encajará todas las piezas para que la suma total sea la que buscabais, llegando a ser incluso menor en muchas ocasiones.
